Recuerdos de LadyBourbon
Blog de uso exclusivo para mayores de 18 años.
14 junio 2013
Acróstico F
Falta la resipiración y se acelera el pulso.
Oír la voz que tanto deseas. Esa que siempre te excita.
Lenta. Así es la tortura que te espera.
Los minutos pasan y ya no eres capaz de pensar en nada más.
Abres las piernas casi de forma automática.
Recorres mi cuerpo con la mirada y suplicas sin hablar.
Te acaricio. Te beso. Te lamo. Te muerdo.
Eres MÍA.
15 mayo 2013
Estados de ánimo
Hoy las palabras las presta Mario Benedetti
Unas veces me siento
como pobre colina,
y otras como montaña
de cumbres repetidas,
unas veces me siento
como un acantilado,
y en otras como un cielo
azul pero lejano,
a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde,
te acerques y te mires..
te mires al mirarme.
20 marzo 2013
Palabras que nunca dijiste
Te refugias en el silencio y la tristeza. Te aferras a la soledad en compañía. Mientras tú estés bien qué coño importa lo que sientan o quieran los demás. Qué más da romper lo poquísimo que quedaba entre nosotros. Aquello que siempre ha hecho honor a tantos años juntos.
No te preocupes. Conseguirás lo que nunca pensé que podría llegar a sentir. Lograrás que te odie. Que te lleve al último rincón de mi mente hasta olvidar por completo que un día formaste parte de mi vida. De mí.
Te aferras a ese egoismo que, ahora me doy cuenta, siempre ha estado ahí. Yo simplemente me desvanezco. Dejo de existir. Ya no hay fuerzas ni argumentos. Han sido muchos años de dudas, de promesas que no han llegado.
Ahora sé que nunca oiré un "No te vayas. Sé feliz", un"Vete. Sé feliz" o un "vive aunque yo no sepa". Está bien. Tu ganas. Ya no hay nada. No queda nada.
06 marzo 2013
Doscientos textos
200 entradas y tú has estado en todas ellas desde el principio. Es muy difícil de explicar pero siempre has guiado el trazo de cada una de las palabras que he escrito a lo largo de estos siete años.
Cuando no te conocía te intuía. Te sabía en algún lugar muy cerca de mí aunque la profundidad del abismo al que me asomaba cada día ni si quiera me permitiera adivinar dónde estaba o hacia dónde iba. Todo aquel tiempo en el que te esperaba me dediqué a verme, a entenderme, a sentirme y a intentar camuniar empezando a saber quién era. Quién quería llegar a ser.
Después apareciste. Lo hiciste de ese modo especial con el que tú haces las cosas. Despacio, poco a poco, a veces en silencio, en ocasiones pronunciando las palabras adecuadas o alargando la mano simplemente para recordarme que estabas aquí.
Apareciste y te quedaste. Sigues aquí doscientos textos después. Muchísimos años después. Conmigo. En este lugar que es tuyo y en el que vivirás siempre.
25 febrero 2013
Quédate
Hoy la letra la tomo prestada del bolero de Café Quijano " Qué será de mí"
Que será de mi, cuando tú no estés,
cuando cada tarde me recuerde
que mis tardes fuiste tú.
Que será de mí al anochecer
cuando cada noche sepa que no puede ser.
Que será de mí cada amanecer
cuando no me busques con la mano
ni te acerques para ser mi primera luz.
Que será de mi si no puedo ver
a quien siempre amé.
Quédate, sé que no es tan fácil pero quédate.
Siempre los destinos son errores sin verdad;
Quédate y no creas imposible nuestro amor,
no le hagamos caso a la razón,
por favor, quédate, por favor.
Que será de mí después de darme la vida
me la quitas porque así tuvo que ser;
que será de mí, en la soledad,
cuando caminando no quiera llegar.
Quédate, sé que no es tan fácil pero quédate.
Siempre los destinos son errores sin verdad;
Quédate y no creas imposible nuestro amor,
no le hagamos caso a la razón, por favor, quédate.
Quédate, sé que no es tan fácil pero quédate.
Siempre los destinos son errores sin verdad;
quédate y no creas imposible nuestro amor,
no le hagamos caso a la razón, por favor,
quédate, por favor, quédate.
12 febrero 2013
La otra mitad
La que se esconde y al mismo tiempo la
que existe. La que está pero la que se desvanece casi en el mismo
instante de encontrarla. Aquella que puedes pasar media vida buscando
y otra media haciendo todo lo posible para perderla. Como es arriba
es abajo. Como es abajo es arriba. Dentro, fuera. Fuera dentro. Así
una vez tras otra en un intento de comprender cómo funciona ese
extraño mecanismo que hay en mi interior. Si ando se para. Si me
paro, se mueve. Si le doy la cara me ofrece la espalda. Si le ofrezco
mi espalda ella se esfuerza por mirarme directamente a los ojos.
Y es de locos sí. Esta obsesión por
tenerlo todo, por darlo todo. Esta necesidad de poseer también al
otro lado y no solo el mío. Pero siempre me han interesado las
pasiones, las manías, los retos y los límites imposibles. Así es
que... ¿Por qué no?
06 febrero 2013
En todas partes
Recorro con la vista
cada rincón de la habitación. Trato de poner orden a mis
sentimientos. A los pensamientos que cruzan por mi mente a una
velocidad mayor de la que soy capaz de procesar. Estoy tratando de
tomar decisiones. Qué hacer a partir de ahora con esta vida en la
que tú ya no estás. Respiro hondo y aún me llega tu aroma desde
las sábanas que hace tan solo unas horas he compartido contigo.
Estás aquí. Sigues aquí. Y yo trato de sacarte de mente. De mi
vida ya no. Te has ido. Esta vez es para siempre.
Busco mis
cuadernos perfectamente apilados sobre la mesa casi en el mismo lugar
en el que tú los has dejar después de poner en orden mi caos. Me
alivia pensar que ahora me podré refugiar en el trabajo. Ya no habrá
excusas ni distracciones. No será necesario tener la cabeza en
cuatro lugares a la vez porque sólo queda estar en el que estoy.
Me dirijo a la
mesa con la poca fuerza que me queda. Enciendo el portátil y de
nuevo miro a mi alrededor intentando decidir en qué proyecto me voy
a perder hasta que se cure este vacío que siento. Este dolor que la
lógica me dice que pasará pero que ahora mismo no sé cómo
gestionar. Mi mente piensa en el trabajo, en el orden y en la rutina.
Mi corazón vuelve una y otra vez a ti. A saber que ya no estás. Que
no hay ni si quiera un mañana y que al recurrir al ayer es todo lo
que me queda.
Pienso de nuevo en
el trabajo e intento teclear una frase coherente. Algo que me ayude a
arrancar. De nuevo mis ojos se van hacia los objetos que hay sobre la
mesa. Los cuadernos que fabricamos durante el verano, los
marcapáginas de una mañana de Navidad, un bote lleno de bolígrafos,
una pluma, un tintero, un cuaderno hecho sólo para mí.
Vuelvo a ti. Te
has ido pero aquí estás. Vives. Siempre.
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