31 marzo 2007

Aprendiendo...

Me dices que no sabes, que no te atreves, que ya es demasiado tarde.
Y yo me pregunto: ¿Qué hay que aprender? ¿Acaso no se trata de sentir? ¿De dejarse llevar? ¿No sabes que es mentira aquello de que existe una edad para aprender?
Obsérvanos y sólo siente...


30 marzo 2007

Boca insaciable




Dedos atrevidos los míos al tenerte cerca y entregada.
Miradas provocadoras salen de mí al ver tus ojos embaucadores.
Todo se desata cuando tu presencia se hace latente a mi lado.
La luna alumbra la noche y las estrellas testigo del un deseo.
En la oscura habitación escucho tu voz que me invita a pecar.
Amanecer a tu lado llenándome de tus caricias y frenesí.
La luz del sol aparece por la ventana y acaricia tu cuerpo desnudo.
Descansas después de una noche de locura y descontrol.
Tus ojos cerrados y mientras tanto intento no despertar tus sueños.
Pero mi pasión se hace presente al sentirte cerca y te contemplo en silencio.
Mí descontrol aparece de nuevo erizándome la piel recorriendo tu cuerpo reposado.
Siento que todo dentro de mí arde como un volcán que quema por dentro.
Excitada y con la respiración entrecortada, intento contenerme.
Mis dedos acaricias suavemente tu espalda se desliza dibujando mi inicial.
De tus labios se escapa un suspiro que hace que me que me estremezca.
Mis labios acompañan a mis manos y se derrite besando tu piel.
Abrazo mí éxtasis. Me pierdo en tu locura y todo en mi interior se desata.
Vuelvo a sentir este desenfreno una y otra vez.
La intensidad de mi excitación hace que los latidos de mi corazón sean estallidos de locura dentro de mí.
Tus suspiros atraviesan mi cuerpo posándose en mi corazón para que explote de pasión por ti.
Una vez más con la luz del sol en tu cuerpo me embriago de tu aroma.
Dame de tu boca lo que nadie me dio y de tu sexo lo que guardas para mí.
Quiero enloquecer hasta que la luna nos sonría de nuevo.
Me siento hechizada y embrujada por la posesión que nos envuelve.
Dame tu mirada que me pierda en ella y que los sentidos se me vuelvan del revés. Déjame sentir que vibro y tiemblo al contacto de ambos cuerpos desnudos.

Para “R” de “S”

28 marzo 2007

Invade mi alma




Hoy me siento descarada, atrevida, depravada.
Mi sonrisa me delata al mirarte frente a mí.
Hoy me siento insaciable y mis ojos te lo muestra.
El calor invade mi cuerpo al sentirte cerca de mí.
La temperatura sube cada vez que te acercas.
Quiero ser miel para tus labios.
Quiero derretirme en tu mirada, ser tuya otra vez.
Quiero que mi alma penetres con tus caricias.
Siento que tu aliento entra por mi piel.
Explora dentro de mí y busca mi fuego.
Enciendes mi lujuria, deshaces tu pasión en mi interior.
Desprendes toda tu sensualidad y las mezclas con la mía.
Sonríes y tu piel se eriza al notar el contacto de la mía.
Una explosión de sensaciones se desata dentro de mí.
Quiero beber el frenesí de tu sexo.
Quiero darte el éxtasis de mi sexo.
Quiero explotar una y otra vez en tu cuerpo.
Quiero ver tu rostro enloquecido con desenfreno.
Tengo hambre de ti, de tu deseo, de tu pasión.
Estoy caliente, mi cuerpo arde atraído por ti.
Quiero perder el sentido y parar el tiempo en tus brazos.
Quiero estar junto a ti y sentirte una y otra vez.
Quiero regalarte jadeos profundos, gemidos salvajes.
Quiero regalarte mil orgasmos intensos que nacen para ti.
Quiero volver a sentir la magia que nos envuelve estando junto a mí.
Quiero tu esencia encerrada dentro de mí y mezclarla con la mía.
Quiero que reposes en mis brazos después de meterte dentro de mí.
Quiero dormirme en tu ternura y dejar que las horas pasen.
Solo quiero sentir una y otra vez que estas junto a mí.

De “S” para “R”

26 marzo 2007

Pasado y presente



Recuerdo esas tardes de abril. Aquellos instantes que compartíamos perdidos en nuestras miradas mientras tus firmes manos recorrían mi cuerpo.

Recuerdo esas mañanas de octubre en las que tus caderas se apretaban fuertemente contra mis nalgas, la piel se me erizaba y mis muslos se abrían solo para ti.

Recuerdo aquellas noches de julio cuando el sudor recorría nuestros cuerpos y tu lengua se afanaba en recoger cualquier efluvio que escapara de mi cuerpo.

Recuerdo... recuerdo... recuerdo...

Te miro y estás a mi lado.
Acerco la mano a tu mejilla
Y en tus ojos sigue brillando
el mismo intenso deseo.

Estás a mi lado porque quieres
y solo para darme todo el placer
que deseo y necesito para continuar.
Estás a mis pies porque me amas.

Vivo... vivo... vivo...

Para E

25 marzo 2007

La llamada




Las manos me tiemblan cuando descuelgo el auricular del teléfono. Durante unos segundos dudo. La razón intenta poner orden en esta locura de sensaciones, sentimientos y vivencias en el que me tienes inmersa desde que tus ojos volvieron a mirar en mi interior.
Percibo tu aliento clavado en mi nuca. Tus últimas palabras retumban en mi mente. Me da vergüenza satisfacer tu lado más oscuro y perverso aunque debo reconocer que también me excita profundamente.
Me arrodillo sobre la cama mientras que mis dedos juguetean sobre las teclas del teléfono. Te miro con disimulo en un último esfuerzo por intentar que el "castigo" de hoy sea cualquier cosa menos la que debo hacer. Veo el deseo y el placer en tu rostro. No soy capaz de decepcionarte. Respiro hondo y trato de no pensar. Escojo un número de teléfono al azar. Escucho el vacío al otro lado de la línea. Empiezo a sudar. La respiración se me acelera. Tiemblo. Estoy a punto de colgar cuando, de forma instantánea, tus manos empiezan a pasearse lentamente por mi espalda y oigo el primero de los tonos del teléfono.
Empiezo a pensar en lo que voy a decirle a la persona que responda a mi llamada. También intento concentrarme en poder realizar lo que tú me has pedido. Estoy bloqueada y, en cierto modo asustada. Aunque, al final de todos mis temores y mis dudas, tanto el placer como el deseo empiezan a aparecer.
Una voz masculina responde a la llamada. Un tono profundo y grave que hace que mi respiración aún se altere más.
- Estoy muy caliente. ¿Te apetece darme placer?- las palabras fluyen de mi boca sin que me de tiempo a controlarlas.
- ¿Cómo dices?- dice el hombre que está bastante atónito y creo que malhumorado con mi petición.
Intento repetir la pregunta pero es imposible. No me he dado cuenta de que al mismo tiempo que yo luchaba con mis sentimientos tú te habías situado estratégicamente a mi espalda. Ahora noto cómo tus manos me sujetan las caderas con fuerza y en el momento en el que intento hablar tú me penetras de forma intensa y apasionada.
Permanezco inmóvil a pesar del placer que está sacudiendo todo mi cuerpo. Siento cómo las rodillas me empiezan a temblar y amenazan con dejar caer todo el peso de mi cuerpo. Mis manos se aferran con fuerza al auricular del teléfono mientras me excito notando cómo entras y sales de mi cuerpo. Los gemidos empiezan a llenar la habitación y me envuelven. Empiezo a perder el control de mis propias emociones no sin antes percibir que el sonido de mi placer no es el único que escucho. Hay un susurro, un jadeo justo adherido a mi oído. Me doy cuenta de lo que está sucediendo y comienza a aparecer ese lado tan exhibicionista que tengo aunque, en esta ocasión. sólo me muestre a través del sonido. Los orgasmos van creciendo y estallando en todos los rincones de mi cuerpo. Pero tú no paras. Sigues sometiéndome a este ritmo apasionado y frenético. Y yo sólo quiero más.

24 marzo 2007

Gestos




Este el rostro del placer invadiendo mi cuerpo.
Esta es la cara de la mujer que te desea más allá de su propia locura.
Este es el aspecto de la amante en la que me has convertido.
Esta es la mujer que ha aprendido a gemir con la magia de tus dedos en su interior.
Este es mi espíritu.
Esta es mi esencia...

22 marzo 2007

Conquistarme

Siempre me preguntas cómo conquistar a una mujer. Yo no puedo hablar por todas. Sólo sé que a mí me gusta así...

21 marzo 2007

Observándome



Hoy me disfruto así. Mirando mi cuerpo desnudo frente al espejo. Clavo la vista sobre mis ojos e intento encontrar la palabra adecuada que describa la expresión de mi rostro. Me concentro y, sin embargo, solo logro deleitarme con la visión de mi pecho desnudo, de los muslos torneados y entreabiertos. Trato de ordenar mis pensamientos, de conducir de nuevo mi mente hacia la labor que me he propuesto. Pero es inútil. Las manos cobran vida sobre la blanca piel. El simple contacto de los dedos sobre el cuello me produce un intenso escalofrío que logra excitarme. Aparto la vista del espejo durante unos segundos y compruebo satisfecha cómo los pezones se han erizado. En este momento me encantaría moverme. Desearía pasar mi lengua por ellos pero las manos ya han empezado a explorar por debajo de la cintura. El calor y el hormigueo en mi sexo empiezan a apoderarse de la escasa razón que me queda.
Vuelvo a observarme. El rostro del placer me sorprende hasta el punto de que parece que la protagonista de la escena que estoy viviendo no sea yo, sino una extraña. Mis manos se detienen unos segundos. La respiración se vuelve más pausada. Mi boca hace un gesto inusual y mi cara se convierte en la imagen de la mujer excitada, húmeda, ansiosa por dar rienda suelta a la imaginación y a todo el placer que estoy empezando a contener. Me gusta lo que veo. Me fascina que se pueda ver en mis ojos con tanta claridad la fuerza y la pasión que me desborda en este instante.
Sigo jugando con mi cuerpo al mismo tiempo que dos de mis dedos se han empezado a hundir en el interior de mi sexo. De mi garganta escapan intensos gemidos y yo no puedo dejar de mirarme. Estoy al borde del orgasmo cuando decido que no me apetece ver la imagen del placer solitario.... ¿Quieres compartirlo?

20 marzo 2007

Encadenada al deseo




Hoy me ofrezco como nunca antes.
Me encadeno a la voluntad de tu deseo.
A la única misión de proporcionarte sensaciones
Más allá del placer que conoces.

Hoy me ato a ti.
Porque lo siento.
Porque lo deseo.
Porque quiero volver a saber
Lo que se siente siendo tuya de nuevo.

Hoy entrego todo lo que tengo.
Mi cuerpo desnudo queda a merced
De tus caprichos, de tus torturas,
De tus juegos.

Quiero que me poseas.
Que me controles
Que me domines.
Que marques a fuego sobre mis nalgas
Esa palabra que tanto significa para nosotros.

Hoy...


Para "E"

18 marzo 2007

Preparándome



Apenas faltan diez minutos para que nos veamos. Llevo todo el día pensando en este instante. Desde que me he levantado he estado pendiente de tener mi cuerpo y mi mente sólo disponibles para ti. Empiezo a desnudarme. Solo permanecen sobre mi cuerpo aquellas prendas que tú me has ordenado al tiempo que me acompaña el incomparable sonido de tu placer.


Intenso orgasmo.mp3



Estoy mojada. Estoy excitada. Estoy a punto para que cualquier parte de tu cuerpo me penetre ahora...

17 marzo 2007

Deseos




No quiero ver. No quiero tocar. Solo quiero sentir que estás junto a mí. Mis ojos te dicen lo que mi boca calla. Solo tú sabes leer en ellos, escuchar su voz. Te acercas despacio con un pañuelo en las manos. Tu mirada me excita porque yo también sé leer en ella. Tus labios se colocan frente a los míos casi rozándose. Me susurras suave y excitada: "Sé lo que quieres y te lo voy a dar". Sonríes al tiempo que me dejas sin saborear tus labios. Los acercas a mis oídos y tu voz inunda mi cuerpo por dentro: "Tú también sabes lo que quiero de ti. Déjate llevar por el deseo". Cubres mis ojos y mi corazón se acelera cada vez más mientras comienzo a sentir que mi sexo responde a las caricias de tus manos paseando por mi espalda. Un escalofrió atraviesa mi cuerpo mientras que siento tu aliento en la nuca y tus manos buscando mis pezones erectos para ti. Mis manos acarician tus piernas mientras que mi cuerpo ya está poseído por tus caricias en mis pechos. Mi respiración se entrecorta y comienza a acelerarse cada vez más percibo tu aliento. Me excita escucharlo. Mi cuerpo comienza a temblar y tu voz me dice con calma:" Todavía no. Quiero que resistas. Que me sientas".
Las manos se separan de mi cuerpo. Tu aliento se aleja. Escucho tus tacones a mi derecha. El aroma de tu piel invade la habitación. Intuyo por el sonido de la cremallera de tu maleta que estás buscando algo. El hecho de no saber lo que sacas me excita aun más. Me aceleras. Te colocas de nuevo detrás de mí y me arrastras al sofá. Tus manos agarran mis hombros. Me arrodillas dándote la espalda. Deslizas suavemente tus manos buscando las mías. Las guías a mi espalda y atas mis muñecas. Hoy quieres una entrega diferente.
"Me gusta verte así. Estás preciosa pero aun te falta algo en tus pezones" dices mientras acaricias mis pechos y juegas con ellos. Mi cuerpo arde entregado a tus caricias. Aprietas con firmeza pero suavemente los pezones con tus dedos y haces con ellos lo que quieres. Un pinchazo recorre y mi sexo se humedece aun más. Adornas mis pezones con unas pinzas unidas con una cadena. Colocas tu mano en mi nuca, posas mi frente en el brazo del sofá y me pides que permanezca quieta: "Hoy tus ojos me han revelado que quieres sentir. Ahora sé lo que tu piel desea experimentar. Tener tus pezones oprimidos por las pinzas que hacen que tu sexo se moje para mí. M toques, no mires. Ahora serás buena y me darás todo lo que deseo de ti. Jadea, gime, grita de placer. Me gusta sentirte enloquecida. Entrégame lo que busco de ti" me ordenas mientras que yo estoy al borde del orgasmo sin haberme tocado. Por mi espalda brotan gotas de sudor. Provocas fiebre en mi interior. Mis sentidos se vuelven del revés. Paseas algo por mi espalda. Reconozco por el tacto que es un gato de siete colas y un escalofrío me recorre el cuerpo y comienzo a temblar. Acercas tu voz a mis oídos y me calmas: "Tranquila. No tienes que temer nada. Solo siente". Bajas las siete colas por mi espalda hasta llegar a mi sexo. Con la empuñadura atraviesas mi interior follándome con él con ritmo suave. Mis pechos bailan tu ritmo. Siento que mi locura aumenta y el ritmo al compás. Todo se descontrola y mi fuego quema tu mano humedecida por mi coño empapado a punto de estallar.



De "S" para "R"

16 marzo 2007

La cena





Me estaba moviendo hasta hace un rato entre pucheros. Intentaba algo heróico como preparar la cena. Pero mientras me deambulaba por la cocina he empezado a sentir un calor sofocante. El aroma de tu perfume me ha llegado con claridad y el corazón se me ha acelerado. He escuchado avanzar tus pasos a lo largo del pasillo y, con un rápido movimiento he apagado la luz de la cocina para que no adviertas mi presencia en ella. Mientras pienso cuál será mi próximo movimiento mis dedos han decidido y se se deslizan presurosos por los botones del pantalón y de la blusa. Me siento como una de esas protagonistas de cine americano mientras contemplo de reojo la mesa que está justo a mi espalda. "¿Por qué no?", murmuro al mismo tiempo que empiezo a dejar caer mi cuerpo sobre la madera. Escucho tu voz que me llama. Me excita pensar que me estás buscando pero lo hace aún más el saber que en pocos segundos abrirás la puerta y me encontrarás. Dejo caer las piernas al mismo tiempo que las separo y sólo dos palabras salen de mis labios: "Fóllame ahora"

15 marzo 2007

Lo quiero así...

Apasionado, erótico, excitante, húmedo y fascinante....



14 marzo 2007

A estas horas




Son las nueve de la noche. Llevo más de doce horas trabajando y no veo el momento de salir de aquí. Quiero irme a casa. Dejarme llevar por las cálidas gotas de agua con las que la ducha inunda mi cuerpo. Deseo ponerme mi mejor lencería y meterme en la cama. Dejar que el familiar aroma de las sábanas me envuelva y me ayude a relajarme. Quiero alargar los dedos y tocar la suavidad de tu piel. La tersura de tus pechos. Quiero que tus manos me cubran el cuerpo. Que sea tu lengua la que explore esos lugares de mi anatomía a los que ya es adicta.

Y mientras sueño y deseo son mis manos las que empiezan a recoger la humedad que desprende mi sexo. Son mis pulmones los que se esfuerzan por dejar salir el aire entre gemidos cada vez más intensos. Es este orgasmo que estoy a punto de entregarte el que hace que me sienta viva ahora. A estas horas.

13 marzo 2007

Siempre más

Porque hubo instantes que sucedieron. Porque sé que algunos de ellos volverán. Porque hoy tengo el día así. Insaciable. Lleno de ti. Porque sí. Porque puedo. Porque me da la gana. Esto es para ti.


12 marzo 2007

Ofrenda




El peso de mi cuerpo descansa sobre los tacones mientras mis dedos se enredan en el cabello que oculta tu nuca. Los dientes muerden los labios intentando contener el deseo casi irrefrenable de morderte. La lengua juguetea con el paladar mientras mi mente se concentra en descubrir tus pezones y hacerlos parte de mi boca. Sin embargo, en un ágil movimiento que no espero en absoluto, me obligas a inclinarme. Cedes uno de tus muslos para que apoye mis nalgas en él. No estaba preparada para que fueras tú la que controlara y el juego. Compruebo que estoy más que excitada así es que decido adentrarme por ese camino que ya estás empezando a dibujar sobre mi piel. Tus dedos pellizcan el piercing que llevo sobre los pezones al tiempo que tus labios carnosos se deslizan por mi vientre. Un intenso cosquilleo me invade y me sacude al mismo tiempo. El calor viscoso entre mis muslos me anuncia que la humedad ha desbordado por completo mi sexo. Estoy caliente. Estoy excitada. Paseas la mano entre mis piernas y te llenas de mí. Llevas los dedos a mi boca para que pueda saborear cada gota del placer que eres capaz de extraer de mí.
Estoy al borde del orgasmo, de la locura. Lo intuyes. Lo sabes. Por eso dejas de tocarme. Acercas tu boca a mi sexo y dejas que tu aliento se pose sobre él. La mezcla de humedad y calor hace que una nueva oleada de placer me recorra de nuevo al tiempo que me vuelves a llevar al borde del placer. Elevo la cadera con suavidad. Es mi forma de pedirte que hundas tu lengua entre mis piernas. Que lamas cada rincón de mi sexo y que bebas del estallido de placer que está a punto de producirse en este coño que ya es tuyo.

11 marzo 2007

¿Lo quieres probar?



La luz ilumina a la perfección tu cuerpo desnudo. La piel brilla bajo las gotas de sudor que han empezado a aparecer sobre tu espalda. Tienes la vista clavada en el suelo y la cabeza agachada. Me muestras la nuca con orgullo y, casi con el mismo sentimiento, paseo mis dedos sobre ella. Noto cómo tu piel se eriza bajo mis dedos, cómo suspiras profundamente y un leve temblor te sacude los brazos y las piernas. Sé que tienes miedo. Temes lo desconocido. A ese nuevo paso que estás a punto de dar que, aunque deseas con desesperación, no sabes bien dónde te va a llevar. Cierras los ojos y sé que en este momento miles de imágenes están pasando por tu mente. Recuerdas cuando te desnudaste ante mí por primera vez. Cuando te vendé los ojos y sólo te concedí el placer de poder escuchar. Ahora mismo piensas en cómo esposé tus muñecas y de qué modo anudé tu cuerpo para hacerlo mío.
Mientras todos estos recuerdos te invaden vas separando las piernas permitiéndome contemplar tu sexo rasurado y carnoso. Durante varios segundos me debato entre pasar mis dedos sobre él y llenarlos de la humedad que sé que te invade o acariciarte con la multitud de objetos que guardo en el baúl que está situado a los pies de la cama. Estoy deseando saborearte y hacer mía esa parte de tu cuerpo que alimenta a diario mis más bajas pasiones y fantasías. Pero, ese lado dominante que hay dentro de mí me impide abalanzarme sobre la mujer que está arrodillada frente a mí.
Acerco una mano a tus mejillas. Las acaricio lentamente. Mis dedos se posan en tu barbilla y, con una leve presión, te invitan a levantar la cabeza. Quiero que me mires. No hables. Que sean tus ojos los que expresen lo más salvaje que hay en tu interior. Te miro fijamente. Siento cómo te estremeces de nuevo pero no acabo de captar el mensaje que hay en ese verde infinito.
Con sorpresa veo cómo llevas tus manos a la espalda y, aunque me mantienes la mirada, sólo deseas someterte a mi voluntad. Mientras camino a tu alrededor me doy cuenta de que lanzas miradas furtivas al mueble que hay junto a la cama. Intuyes lo que guardo en el pero esta vez quieres ir más allá. Quieres salir de la duda y descubrir que los juguetes del placer de los que tanto has oído hablar existen en realidad y que están preparados solo para ti.
Camino con paso decidido hacia el baúl. Me deleito con el sonido de la cerradura mientras contemplo tus nalgas ofrecidas. Paseo la mirada por los objetos que hay a primera vista. Me excito al imaginar cómo responderá tu cuerpo al contacto con cada uno de ellos. Estoy a punto de decidirme por uno cuando en el lado izquierdo, casi desapercibida aparece la empuñadura de piel negra de un fantástico gato de nueve colas. Lo saco de su escondite y enseguida su el intenso aroma del cuero me enloquece. Dejo que las tiras acaricien con suavidad la palma de mi mano al mismo tiempo que mis dedos juguetean con los adornos que rematan cada una de las colas de este bello instrumento de dolor pero, al mismo tiempo, de un intenso placer.
Regreso a tu lado. Paseo el cuero por tu espalda desnuda. Las tiras se deslizan con lentitud porque la piel se adhiere a cada una de las gotas de sudor que inundan esta parte de tu cuerpo. Me doy cuenta que tienes los ojos cerrados. Tal vez trates de imaginarte lo que viene a continuación. Pero no es eso lo que quiero. Así es que te vuelvo a levantar la cabeza pero esta vez no son mis manos las que te acarician. Es la majestuosa empuñadura negra la que te acaricia la barbilla. Quiero que veas lo que tengo en la mano. Que empieces a imaginar cómo voy a utilizar este instrumento con tu cuerpo. Deseo que elucubres sobre la sensación que va a producirte el hecho de verte sometida por estas, en apariencia, inofensivas tiras de piel.

Acerco mis labios a tu oído y te susurro del modo más erótico y perverso del que soy capaz: “¿Estás lista para probar?”

10 marzo 2007

Fumar es un placer

Dame el humo de tu boca.
Dame que en mí pasión provoca.
Corre que quiero enloquecer de placer
Sintiendo ese calor del humo embriagador...


...

09 marzo 2007

Polvo salvaje





Porque hoy me siento así. Apasionada, cálida, descontrolada, poseída por la pasión que despiertas en mí. Quiero sentir tu lengua entre mis muslos. Que tus dedos se deslicen por la humedad de mi sexo y me penetren sin temor. Quiero enlazar un orgasmo tras otro y que sen tus labios los que se beban toda mi esencia. Deseo probar una y mil posturas a tu lado a cuál más inadecuada e impropia de la dama que, por supuesto, no soy. Quiero que me uses, que me azotes, que me folles, que le des la vuelta por completo a mi piel. Que me obligues a abandonarme a un vicio que sé que todavía desconozco. Quiero que me lleves a ese punto del placer sin retorno. Lo ansío, lo deseo... AHORA.

07 marzo 2007

Provocación




"He sido mala, muy mala" te digo mientras te miro a los ojos con insolencia. Sonrío. Me levanto la camiseta y te muestro este par de pechos que sé que te enloquecen. Te sonrojas cuando compruebas que no llevo sujetador. Disfruto con la situación. Siento el poder que implica controlarte. Me siento sobre la cama. Abro el cajón de la mesilla y saco de él una de mis cucherías. Mientras la abro contemplo tu cuerpo y percibo cómo la tensión te atenaza los músculos. Paseo el dulce por mis labios carnosos al mismo tiempo que con la otra mano acaricio la pequeña braga que cubre mi sexo. Intento ser lo más insolente y zorra posible. Ahora paseo la lengua por el caramelo mostrándote todo lo que sería capaz de hacer sobre tu cuerpo.
Una vez que tu excitación se ha hecho más que evidente a través del pantalón oculto la golosina a la altura de mis nalgas al tiempo que te susurro: "¿Vienes a buscarla?"

05 marzo 2007

Sumisión



Doy la vuelta en la cama. El contacto con un objeto frío y duro me saca del profundo sueño. Abro los ojos e intento fijar la vista en el metal que ya está palpando mis dedos. Una intensa sensación me sacude justo al tiempo que mi cerebro identifica el objeto. Sonrío y me emociono al pensar que has vuelto a esto. Que otra vez lo deseas. Miro a mi alrededor. La habitación está vacía. Me incorporo y mis pies tropiezan con un trozo de papel. Enciendo la luz y reconozco tu letra. Leo en voz alta: “Hoy serás mi perra. Estarás accesible en todo momento para satisfacer mis más oscuros deseos. Ahora ponte el collar y disfruta”.
Doblo el trozo de papel y lo dejo con cuidado sobre la mesilla de noche. Mis manos acarician el cuello, la nuca y me excito al comprobar cómo reacciona mi piel. Acerco el collar a mi garganta y mientras lo cierro tu presencia me envuelve. Percibo tu aroma que me llega desde la espalda. Si me concentro logro que tu calor alimente mi cuerpo desnudo. El sonido metálico del cierre me confirma lo que tanto ansío. “Ahora soy tuya” murmuro mientras mi cuerpo adopta la postura de la entrega.

02 marzo 2007

Viernes erótico




Último día de la semana laboral. Abro el armario y contemplo toda mi ropa. No encuentro nada con lo que me apetezca cubrir mi piel. Si pudiera saldría sin nada a la calle. Me apetece exhibirme. Sentir cómo cientos de miradas se posan sobre mi cuerpo. Sentir esa intensa excitación que produce saberse deseada por desconocidos.
Mis ojos se pasean por la estantería en la que está perfectamente ordenada toda mi ropa interior. Las manos se posan sobre las prendas. Respiro hondo. Oigo pasos a mi espalda pero no muevo el cuerpo. Percibo cómo te acercas. Sigo inmóvil intentando controlar la respiración que, por supuesto, se ha acelerado. Noto tu aliento a escasos centímetros de mi nuca y toa la piel se me eriza. Las piernas empiezan a temblar. Deseo que me rodees con tus brazos. Pero sé que no lo harás. Sin embargo alargas el brazo. Suspiro porque por un instante creo que vas a acariciarme. Tus dedos pasan de largo y se dirigen con decisión hacia la lencería. Exploran las prendas con maestría al mismo tiempo que me humedeces el sexo con el susurro de tu voz que me ordena: " Hoy te vestirás para mí como una buena zorra".
Una sonrisa se dibuja en mi rostro. Hace tiempo, tal vez demasiado, que no jugamos a esto. La idea de estar bajo tu domino me calienta más de lo que creía. Tu mano izquierda me cubre los ojos. Agudizo el oído y percibo cómo seleccionas la ropa interior. Empiezas a acariciar mi cuerpo con las prendas. Su tacto y su perfume me inundan de nuevas sensaciones. Un intenso gemido se escapa de mi boca al mismo tiempo que los muslos se separan invitándote a perderte en ellos.

01 marzo 2007

Intensa espera




Me refugio en el calor de el nórdico que arropará nuestros cuerpos toda la noche.
Estoy desnuda. Los latidos de mi corazón son cada vez más intensos por saber que pronto aparecerás en la habitación y tu cuerpo y el mío serán uno solo. La puerta se abre. Apareces vestida con tejanos, la blusa ajustada y abrochada con corchetes.
Te observo con atención. Mientras caminas hacia el otro lado de la cama dejas caer las prendas suavemente por tus hombros. Las separas de tu torso dejándolo desnudo ante mis ojos. Me deleito contemplando tu espalda
Eres consciente de que te observo mi pausas tu desnudo para que disfrute de ti. Me siento excitada desde el mismo instante en el que mis ojos se han posado en tu cuerpo insinuante, consciente de mi presencia y dispuesto para volverme loca entre caricias y besos ansiados.
Intentas hacerme ver que estas tranquila y segura. Lo segundo no lo dudo. Es lo que mas me enloquece de ti. Pero sé que tu cuerpo tiembla tanto como el mío por la excitación de sentirme cerca. Hace tiempo que sentimos en la lejanía.
Desabrochas el pantalón. Escucho cómo bajas la cremallera. Contemplo como tu piel se eriza. Me das la espalda. Sabes que me estas enloqueciendo y que ansío ya tu cuerpo junto al mío. Un suspiro se escapa de mi boca. Dejas caer el pantalón y adhieres tu piel a la mía. Mis manos acarician la suavidad de tu cuerpo que me envuelve. Mientras me abrazas me miras a los ojos y me susurras: “Por fin estás aquí, a mi lado. Ahora puedo besarte, acariciarte, apasionarte, hacerte mía”.
Tus manos tocan mis pechos. Los pezones responden a tus caricias. Tu boca busca mis labios. Tus ojos me dominan y logran que pierda el control. Me abandono al placer que me regalas esta noche. Cierro los ojos y me deleito en sentirte. Penetras en mi cuerpo. Te posas en mi alma. Bebes de mi sexo para llenarte de mí. Entre suspiros me pierdo. Entre gemidos te siento. Entre las sobras de la noche tu cuerpo y el mío se hacen uno.

Para "R", la musa de mis sueños, con deseo de "S"