26 enero 2008

Sin comentarios

Hoy no hay palabras....

13 enero 2008

A solas con ella

Empiezo el 2008 algo tarde, eso sí. Lo hago con uno de esos maravillosos textos que me envían. Espero que lo disfrutéis.










Cenamos tranquilamente mientras nuestras charlas se suceden entre la calma, las sonrisas cómplices y las miradas entrelazadas del mismo modo que lo están nuestras manos encima de la mesa.

Estamos rodeadas de gente totalmente ajena a lo que está sucediendo entre las dos. Percibo que mi corazón se ha acelerado desde el mismo instante en el que te visto. Ahora me susurras acercando cada vez más tus labios a los míos y sin apartar tus ojos de miel de mi mirada. No es difícil adivinar las inmensas ganas que tienes de estar a solas conmigo.
Nos traen la cuenta y desaparecemos del restaurante. Mientras salimos me deleito observando tus pasos firmes y seguros. Permanezco dos pasos por detrás de ti, para disfrutar del baile de tus caderas al caminar. Tu cuerpo se apodera ya del mío y aún no estamos a solas.

Pedimos un taxi. Das la dirección de tu casa mientras continúas clavando tus ojos en los míos. Siento una pasión desbordada a través de ellos mientras que el coche arranca encaminándose directamente hacia nuestro refugio.

Ya no puedo más y mientras nos deslizamos por las calles de la ciudad mis labios se posan en los tuyos envolviéndote con la suavidad de mil caricias con mi lengua. Los suspiros intensos se abren paso en el reducido espacio que compartimos con el conductor.

Nuestras manos se encuentran y tú, invitas a la mía a pasear por tu cuerpo a mi antojo. Los botones de tu blusa obedecen a los deseos de mis dedos y se sueltan de los ojales fácilmente. Por fin puedo acariciar tu piel a través del escote intentando penetrar en el interior del sujetador. Una sonrisa se dibuja en mi rostro cuando tus pezones reaccionan mirándome desafiantes escondidos aún.

Siento cómo el taxista nos observa de vez en cuando a través del retrovisor mientras conduce. Permanece en silencio siendo testigo de lo que sucede sin intención poner fin a la escena.

Abandonas mis labios y con voz firme pero suave me ordenas que me de la vuelta y cierre los ojos. Sin dudarlo obedezco a la voz de la Dueña de mis sueños sonriente

Suavemente, juegas con los tirantes de mi vestido. Observas por encima de los hombros mi escote y tus dedos se deslizan por ellos recogiendo la suavidad de mi piel sensible, rozando mis pechos por debajo del vestido. Ahora subes la mano a mi cuello y lo acaricias mientras mi corazón se acelera cada vez más.

Me pides que mantenga los ojos cerrados y el sonido de una cremallera me hace pensar que buscas algo en tu bolso. Sin darme tiempo a adivinar que es noto como rodeas mi cuello con el collar te acercas a mis oídos y tu voz me dicta una sola frase: “ Ya sabes lo que esta noche quiero de ti. Hoy te vestirás para mi como me gusta. Hoy serás mi perra. Te quiero lasciva, lujuriosa, entregada a mi locura. Ahora serás mía y estarás para hacerme disfrutar. Harás lo que te pida. Sin preguntas. Sólo hablaras cuando yo te lo permita. Ahora deseo que la puta que llevas dentro me mire descarada a los ojos. Quiero que desafíes tus propios límites y te entregues a mí por completo porque jugare contigo a mi antojo y disfrutare de ti sin piedad

Llegamos a tu casa.
¡Por fin a solas…!


“Para “R” de “S“