28 diciembre 2006

Pasión Salvaje

Te beso. Te lamo. Te muerdo. Mi lengua recorre tu piel. Me tocas. Me lames. Me muerdes. Tus manos exploran mi cuerpo. Jadeas. Gimo. El corazón late con fuerza. Palpita tu sexo. Estallas. Exploto. Recibes. Me das.

Para "S"

21 diciembre 2006

Marcada por mi aliento





Me acerco con sigilo hasta la habitación. Empujo la puerta con cuidado intentando que no percibas mi presencia. Me gusta observarte cuando ignoras que estoy a tu lado. Contemplo tu espalda perfectamente dibujada bajo la blusa negra que contrasta a la perfección con el blanco de tu piel. Estás ligeramente inclinada mientras escribes otra de tus historias cargadas de erotismo. Suspiras y con un gesto muy femenino retiras el pelo dejando al descubierto la nuca. Bajas de nuevo la cabeza y continúas, sin inmutarte, abstraída en el mundo del placer.
Avanzo hacia ti muy despacio. A medida que mis pasos nos aproximan percibo el sutil aroma de tu perfume. Lo inspiro profundamente y noto cómo toda mi piel se eriza. Estoy detrás de ti. Flexiono las rodillas y coloco mis labios a escasos centímetros de tu nuca. Vierto sobre ella toda la calidez de mi aliento. Tu piel reacciona y cambia de textura. Tratas de girarte pero mis manos han sido más rápidas que tu deseo y te obligo a permanecer en la misma posición en la que te he encontrado hace unos minutos. Entiendes mi deseo. Lo satisfaces permaneciendo inmóvil.
Mis labios rozan tu nuca lentamente. A cada centímetro recorrido lo acompañas con un intenso suspiro. Me delito contemplando cómo tu respiración se acelera y leyendo en tu inmovilidad que deseas aún más placer del que te estoy proporcionando. La lengua se abre paso entre mis labios y acaricia con deseo tu piel. Trazo pequeños círculos con ella y un intenso gemido se escapa de tu interior. Saboreo a mi antojo esta parte de ti que me fascina, no tanto por su erotismo, sino por las connotaciones que tiene entre nosotras.
Percibo tu excitación y ahora, con mis susurros entrecortados, tú ya eres consciente de la mía. Me separo de tu piel mientras que las manos recorren muy despacio la distancia que hay entre tu cuello y los hombros. Una agradable sensación recorre todo mi cuerpo y la tibieza invade mi sexo. La lengua regresa a tu nuca y traza con firmeza una inicial sobre ella.
- Escríbelo otra vez- susurras
- ¿Qué estoy escribiendo?- inquiero divertida
- La inicial de mi tortura. La letra de mi placer. El nombre de mi pasión- respondes agitada.

Mojo bien la lengua y con la punta escribo sobre tu piel: De abajo hacia arriba una firme línea recta. Desciendo en perpendicular y vuelvo a subir con rapidez. Entre suspiros trazo la última línea de una “M” mientras mis manos ya se van deslizando hacia tu pecho.

18 diciembre 2006

Placer Infinito





Estiras tu cuerpo sobre la cama. Mis ojos te observan con atención. Recorro cada parte de tu anatomía. Me excito tan sólo con la idea del placer que ya me has proporcionado en la distancia. Tú me observas mientras te ruborizas. En tu mente acabas de dar rienda suelta a una de tus fantasías y te preguntas si serás capaz de convertirla en realidad. Me siento a tu lado. Mis manos recorren tu piel. Acerco mis labios a tu oído al tiempo que susurro: " Sé tú misma. Todo te está permitido"
Bajo mis dedos percibo que tus músculos se relajan. Que la respiración se hace más pausada. Cierras los ojos. Meditas. Dejo el contacto con tu cuerpo ofreciéndote así la paz necesaria para que te decidas a cruzar este nuevo límite. Te miro de nuevo y me doy cuenta de que ya has decidido. Tus manos se pasean suavemente por el cuello. La lengua roza la palma de tus manos que ya se dirigen apresuradas hacia los pezones. Ahora que empiezas a ser tú misma sólo tienes que entregarme tu placer. Aquí estoy yo para recibirlo con la mirada llena de lujuria y la humedad invadiendo mi sexo.

14 diciembre 2006

Liberación



Te observo desde la distancia y me deleito en recorrer con la mirada ese cuerpo que mi lengua ha saboreado miles de veces. Cierro los ojos y acuden a mi mente aquellas partes de ti que reaccionan intensamente a cualquier delirio que las someta. Caminas hacia mí. Por un instante pienso que vas a besarme. Pero, cuando nuestros labios están a punto de encontrarse, bajas el cuerpo y te acomodas a mis pies. Trato de levantarte. Hoy no quiero roles. Sólo dos cuerpos que ansían el placer. Sin embargo tú ya has decidido. Me muestras tus nalgas desnudas. Las acaricio con suavidad. Mis dedos se deslizan por tu piel que se eriza constantemente. Lentamente bajo mis manos que ansían encontrarse con tu sexo. Aún no he llegado a él y las primeras gotas de humedad inundan las yemas de mis dedos. Suspiras.
Haces un leve movimiento con las caderas. Deseas más. Lo sé. Te oigo respirar. Retiro la mano. Murmuras. Desciendo la altura de tu rostro.

- ¿Has dicho algo?-
- No. Nada- te esfuerzas por responder
- Pues a mí me ha parecido escuchar que decías algo- sentencio

Me concentro de nuevo en tus nalgas. Suspiras profundamente a pesar de que ni si quiera te toco. Lentamente llevas tu mano hacia atrás. Estoy a punto de detenerte. Quiero seguir disfrutando de la visión de tu cuerpo excitado. Pero al mismo tiempo siento curiosidad por conocer aquello que pasa por tu mente. Levantas el pie con elegancia. Enganchas tus dedos al tacón de la sandalia y con un rápido movimiento separas aún más las piernas dejando a la vista tu sexo perfectamente rasurado y lleno de tu esencia.

- Fóllame- susurras extraña de tu propio deseo
- ¿Qué quieres que te haga?- digo al mismo tiempo que me excito escuchando esta palabra recién salida de tus labios.
- Quiero que me penetres- respondes entre gemidos
- No es eso lo que he entendido hace un momento-
- Fóllame- murmuras en un tono de voz apenas perceptible.
- No te oigo. No sé lo que quieres-
- ¡Fóllame!- exclamas al fin

Trato de continuar la conversación. Es inútil. Soy consciente de que ya estoy imaginando el modo de satisfacerte.
- ¡Fóllame. Fóllame. Sí lo quiero. Sí lo deseo!- gritas esta vez en una especie de liberación que te hace aún más hermosa ante mis ojos.
Empujada por tu excitación me acerco hasta el lugar en el que guardo los objetos del deseo. Abro el viejo baúl de madera y sonrío mientras me pregunto: ¿Qué logrará provocarte el intenso orgasmo que anhelo ahora de tu cuerpo?

09 diciembre 2006

El espejo




El tacto del papel me saca del profundo sueño. Lo tomo entre mis dedos y fijo la vista en él. Apenas consigo descifrar su contenido. No es necesario porque la letra me transporta al sudor, al placer, al deseo, a la humedad de mi sexo combinada con el calor de su lengua. "Tu rostro está precioso en este instante" recuerdo que me susurra al tiempo que una fina cinta de cuero besa la piel de mi espalda.
Inspiro los restos de su aroma. Salgo de la cama y me muestro desnuda ante el espejo. Me observo. Detengo la mirada en cada rincón visible de mi anatomía y me esfuerzo por trazar la invisible. El deseo se apodera de mi piel. Las manos cobran vida. Me acaricio. El cosquilleo tan ansiado aparece entre mis muslos.
"No cierres los ojos. Observa tu placer, ni si quiera pestañees cuando percibas el ansiado orgasmo" ordena mi mente una y otra vez. Me aprieto los pezones, un intenso gemido se escapa de mi boca. Echo hacia atrás la cabeza... ¿Seré capaz de satisfacer esta nueva fantasía?

05 diciembre 2006

Blogs eróticos



Bueno queridas gentes que me seguís a diario. Al final lo he hecho. He presentado este modesto blog al certamen organizado por el diario gratuito 20 minutos. Para mi sorpresa, ha sido aceptado y compito dentro de la categoría de "Mejor Blog Erótico".
Esta mañana mientras revisaba a la "competencia" me he encontrado con el Blog de Un tigre en la cama que me ha subido la moral, cosa que agradezco porque no atravieso el mejor momento personal. Ahora solo queda escribir y crear fantasías en vuestras mentes.
Gracias a todos/as por estar SIEMPRE ahí.

04 diciembre 2006

Muñecas










Mientras paso la lengua por la espalada y acaricio tus nalgas
Un recuerdo del pasado invade mi mente
Ñoñerías de antaño que aprendo a desterrar para siempre
Excitas todos mis sentidos y eso es lo único que ahora importa
Compartir contigo cada sensación, cada sentimiento que descubre
A las mujeres en las que nos estamos convirtiendo y que
Sobrevivirán al paso de tres mil vidas más.