15 febrero 2010

Palabras prestadas






De vez en cuando la vida
Nos besa en la boca
Y a colores se despliega
Como un atlas,
Nos pasea por las calles
En volandas
Y nos sentimos en buenas manos;
Se hace de nuestra medida,
Toma nuestro paso
Y saca un conejo de la vieja chistera
Y uno es feliz como un niño
Cuando sale de la escuela.

De vez en cuando la vida
Toma conmigo café
Y está tan bonita que
Da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
A salir con ella a escena.

De vez en cuando la vida
Se nos brinda en cueros
Y nos regala un sueño
Tan escurridizo
Que hay que andarlo de puntillas
Por no romper el hechizo.

De vez en cuando la vida
Afina con el pincel
Se nos eriza la piel
Y faltan palabras
Para nombrar lo que ofrece
A los que saben usarla.

De vez en cuando la vida
Nos gasta una broma
Y nos despertamos
Sin saber qué pasa,
Chupando un palo sentados
Sobre una calabaza.

10 febrero 2010

Acróstico II




Estoy en tus manos, en tus dedos, en tus labios.
No hay un centímetro de mi cuerpo que ya no poseas.
Todo lo que ves es tuyo. Todo lo que deseo te pertenece.
Rozas mi alma con tus manos y ni si quiera me molesto en impedirlo.
Eres lo último que pienso al acostarme. Lo primero que intuyo al levantarme.
Gimo con solo pensarte.
Anhelo volver a escucharte.
Doy con solo contarte
Amo solo con entregarme.

07 febrero 2010

Las dudas del placer




- No sé si debo... No sé si debo... - repetía en voz alta una y otra vez. - Sí, pero no. No pero sí...- volvía a decir sin apartar los ojos de la pantalla del ordenador.

Necesitaba aire. Salir. Pensar. Intentar poner en armonía todo aquello que pasaba por su mente con los pensamientos que contradecían por completo lo que el corazón le decía y, en especial, todo lo que le estaba gritando su sexo completamente mojado. Se levantó y salió al balcón. El frío de la noche golpeó su cuerpo pero del modo que ella hubiera deseado. Notó cómo toda su piel se erizaba. El modo en el que un enorme escalofrío se apoderaba de ella. Pero también pudo comprobar que, a medida que aquella sensación la iba dominando, el deseo crecía aún más en su interior. La forma en la que su sexo palpitaba, el modo en el que la humedad iba deslizándose entre sus muslos la estaba llevando al borde de la desesperación. Sí. Todo aquello era irracional, desconocido. Aquellas sensaciones la aterrorizaban y, sin embargo, deseaba sentirlas a todas horas.
Alzó la vista hacia el cielo totalmente estrellado. Clavó sus ojos en una luna completamente inusual para aquella época del año tratando de encontrar una señal, una respuesta a los cientos de dudas que atormentaban su mente. Cuanto más se empeñaba en racionalizar, en encontrar sentido, en organizar sus emociones, su sexo más se empeñaba en recordarle quién era. Qué era.
Respiró hondo una vez más. Siguió observando la luna y le gritó SÍ a la madrugada.

02 febrero 2010

Qué vas a hacer

Navegando entre mis complicadas neuronas he tratado de encontrar las palabras adecuadas. Sin embargo y, como suele pasar en estos casos, alguien las encontró por mí hace más de treinta años. Así es que las usaré y sé que tú las entenderás....




What are you doing the rest of your life
North and South and East and West of your life
I have only one request of your life
That you spend it all with me.

All the seasons and the times of your life
All the nickels and the dimes of your life
Let the seasons and rhymes of your days
All begin and end with me.

I want to see your face
in every kind of light,
in fields of gold
forests of the night.

And when you stand before
the candles on a cake
oh let me be the one to hear
the silent wish you make.

Those tomorrows waiting deep in your eyes
in the world of love you keep in your eyes
I'll awaken what's sleep in your eyes
It may take a kiss or two.

Through all my life
Summer, winter, spring and fall of my life
All I ever will recall of my life
Is all my life with you.

01 febrero 2010

Cartas a ELLA (I)

Londres 27 de junio de 1897

Querida Nora:

No puedo explicar qué sucedió anoche. He estado preparando nuestro encuentro durante semanas. He podido sentir el paso de las horas en cada poro de mi piel. Cada vez que he respirado y, de algún modo que no logro explicar, has formado parte de mí. Vives en mi interior. Me siento tremendamente afortunada por ello pero, al mismo tiempo, completamente aterrorizada. Sé que lo entiendes. Siempre los has comprendido todo de mí. Por eso te deseo tanto. Por ser capaz de interpretar e incluso de adelantarte a mis más oscuros deseos, a mis más sórdidas fantasías.
Sé que contigo cualquier cosa es posible. Por eso me atormenta tanto mi comportamiento de ayer.




Estaba desnuda. De rodillas. Con los ojos cerrados. Poco antes había mirado el reloj y faltaban solo siete minutos para la hora acordada. Tal vez fue eso. Me precipité Tuve demasiado tiempo para pensar porque, con cada segundo que pasaba, una nueva gota de sudor se abría paso a través de mi piel totalmente erizada por una mezcla de deseo y terror que, aún ahora, me sigue invadiendo. No fui consciente de mi respiración agitada hasta que me oí gemir. Fue entonces cuando escuché pasos y una voz al otro lado de la puerta. Sabía que no eras tú. Jamás llegarías antes de la hora prevista. ..

Era Henry. Ahora podía oír su voz con claridad. Entonces el deseo se convirtió en pánico. ¿Qué pasaría si abría la puerta, si entraba? ¿Cómo iba a explicarle la situación en la que me hallaba? No fui capaz de resistirlo y no sabes cuánto lo lamento. Ahora sé que Henry ni si quiera tenía intención de verme aunque sigo preocupada por el motivo que le ha hecho regresar antes de su viaje a Francia. ¿Acaso intuye algo de lo que está sucediendo en su propia casa? La angustia me domina por completo aunque aún lo hace más el haberte decepcionado.
Soy consciente de que ni si quiera vas a responder a esta nota. Tampoco lo merezco. Solo te suplico que la leas con atención porque, ahora mismo, este es el único recurso del que dispongo para hacerte saber que sigo aquí, que soy tuya y que te esperaré de rodillas hasta que decidas volver a mí.

Entregada para siempre,

M